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Una historia auténtica de la que estamos orgullosos.

En los bulliciosos callejones de la Inglaterra de los años 20, entre la penumbra de la noche, se alzaba imponente el misterioso y sombrío bar conocido como Garrison, un lugar que llevaba el nombre de su enigmático fundador, Mr. Garrison.

En su rincón de encuentro, Mr. Garrison recibía a viajeros de todo tipo, quienes compartían fascinantes relatos de sus aventuras. Algunos, como gesto de camaradería, le entregaban secretos o exóticos ingredientes recolectados en sus viajes, los cuales él integraba hábilmente en sus creaciones, elevando el arte de la mixología a nuevas alturas.

Con el tiempo, el bar adquirió renombre gracias a la calidad excepcional de sus tragos y la variedad de sus mixers, convirtiéndose en parada obligada para aquellos que buscaban una experiencia única en el arte de la coctelería.

Sin embargo, tras el fallecimiento de Mr. Garrison y la sucesión del negocio por parte de sus hijos, el alma del establecimiento comenzó a desvanecerse. Los herederos, carentes del ingenio y la pasión de su padre por la mixología, no lograron mantener viva la esencia que había hecho del bar un ícono de la ciudad.

No obstante, fue en la tercera generación de la familia donde la llama del legado volvió a brillar. Mientras el nieto de Mr. Garrison realizaba tareas de limpieza y orden en el almacén del bar, descubrió entre polvo y recuerdos una antigua libreta negra.

En sus páginas, cuidadosamente escritas, se encontraban las recetas originales y las historias que habían dado renombre al bar en sus días de gloria. Ese hallazgo significó el renacimiento del Garrison original.

En el año 1992, el bar retomó su misión de ofrecer los más exquisitos y evocadores tragos que habían sido olvidados en el tiempo. Así nació la Garrison Liquor Company, un templo de la mixología donde se elaboraban las mejores tónicas, utilizando ingredientes seleccionados de los rincones más remotos del mundo.